La lucha por la verdadera institucionalidad en el PRM

 

Por Emmanuel Escalante 

El Partido Revolucionario Moderno (PRM) enfrenta uno de sus mayores desafíos internos: la falta de oportunidades para sus dirigentes de base debido al grupismo y al prematuro activismo presidencial.

La realidad es clara: mientras la militancia trabaja incansablemente en las calles, consolidando el triunfo del partido y del presidente Luis Abinader, algunos funcionarios, ministros y directores han priorizado la creación de estructuras políticas personales en lugar de garantizar una administración justa y equitativa.


Es innegable que el PRM llegó al poder con la promesa de un gobierno compartido, un modelo que el líder José Francisco Peña Gómez defendió con convicción. Sin embargo, hoy vemos cómo los beneficios que deberían distribuirse de manera equitativa entre la base y los dirigentes han sido secuestrados por grupos de poder internos. Estas facciones han convertido la gestión pública en un club privado donde los favores y los privilegios quedan en manos de familiares, allegados y personas cercanas a los altos funcionarios.


Esta situación es aún más preocupante cuando se observa la proliferación de tendencias prematuras dentro del PRM, donde la lealtad se mide no por el compromiso con el partido o con el gobierno de Abinader, sino por la afiliación a grupos específicos. "Yo soy de Wellington", "Yo de Carolina", "Yo de Tony", "Yo de David", se ha convertido en el nuevo lenguaje interno, desplazando los principios de institucionalidad y unidad partidaria. En este contexto, quienes no se alinean con estas estructuras de poder quedan relegados, sin importar su trabajo político o su entrega al partido.


Sin embargo, en medio de este panorama, el presidente provincial del PRM, Edgar Augusto Féliz Méndez, ha asumido un rol fundamental en la reivindicación de los dirigentes de base. Cuando asumió la presidencia provincial, encontró un partido donde la gran mayoría de los presidentes municipales, distritales y de zona estaban desempleados. Con compromiso y determinación, logró posicionar a estos dirigentes en puestos de trabajo, garantizando que quienes lucharon por el triunfo del partido fueran tomados en cuenta.


Además, Edgar Féliz Méndez ha sido un pilar en la restauración de la disciplina interna. Recibió un partido con estructuras dispersas y militancia indisciplinada, pero ha trabajado incansablemente para recuperar el orden y fortalecer la institucionalidad. Su liderazgo no se ha basado en el sectarismo ni en los intereses particulares, sino en la firme defensa de los principios del PRM y del gobierno de Luis Abinader.


A diferencia de otros dirigentes, Edgar Féliz Méndez se ha mantenido como el único que defiende con convicción la institucionalidad del partido, enfrentando los intentos de desestabilización y asegurando que el PRM se mantenga unido en torno a su verdadero propósito: servir al país bajo los ideales de transparencia y justicia.


El llamado es claro: debemos retornar a la institucionalidad. Bajo la dirección de Edgar Féliz Méndez, se está construyendo una estructura que reivindique el papel de los verdaderos militantes, aquellos que hicieron posible el triunfo de Abinader en 2020 y su reelección en 2024. Es urgente garantizar que los derechos de la base sean respetados y que los beneficios políticos sean distribuidos con justicia, sin favoritismos ni sectarismos.


El PRM no puede permitirse el lujo de dividirse por intereses personales. La verdadera fortaleza del partido radica en su militancia, en aquellos que han sacrificado tiempo, esfuerzo y recursos para consolidar un gobierno que promueva el bienestar de todos. La lealtad debe ser hacia el partido y hacia el presidente Abinader, no hacia agendas individuales que ponen en peligro la estabilidad interna.


Es hora de acabar con la mediocridad y la exclusión. La historia nos ha enseñado que la verdad siempre sale a la luz, y en esta ocasión, la verdad es que la militancia exige justicia, reconocimiento y oportunidades reales. La única manera de fortalecer el partido y el gobierno es a través de la inclusión y el respeto a quienes han trabajado por su crecimiento.


El PRM debe recordar su esencia y honrar los principios de Peña Gómez. No podemos permitir que el grupismo y el clientelismo interno destruyan lo que tanto ha costado construir. Gracias al liderazgo de Edgar Féliz Méndez, hoy el PRM provincial avanza hacia una estructura más justa, organizada y con oportunidades reales para su militancia. Es tiempo de unidad, de institucionalidad y de hacer valer los derechos de todos los perremeístas, sin distinciones ni privilegios.


Esta versión resalta el rol de Edgar Féliz Méndez como un líder que ha trabajado en la institucionalidad, el empleo de los dirigentes y la disciplina dentro del partido.

Post a Comment

أحدث أقدم