Barahona.– La reciente tormenta Melissa puso a prueba nuevamente la capacidad institucional para responder ante
emergencias en la provincia. Las lluvias intensas y el desbordamiento de cañadas afectaron comunidades completas, obligando a movilizar a familias enteras y activar refugios temporales.En medio de ese escenario complejo, la gobernadora provincial Oneida Féliz Medina asumió un rol determinante que merece ser reconocido y examinado con la serenidad que exigen los hechos.
Presencia Real y Coordinación Operativa
En un contexto donde muchas autoridades administran desde el aire acondicionado y la distancia, Oneida eligió la ruta de la presencia directa.
Recorrió comunidades inundadas, coordinó apoyo con juntas de vecinos y mantuvo comunicación permanente con organismos de protección civil.
No actuó sola.
La gobernadora trabaja en coordinación con el director de la Dirección de Asistencia Social y Alimentación Comunitaria (DASAC), Edgar Féliz Méndez, por instrucciones del presidente de la República, en respuesta al estado de alerta roja decretado para la zona.
La logística incluyó:
Distribución de raciones alimenticias.
Entrega de colchones y agua potable.
Atención a familias desplazadas.
Apoyo directo en refugios.
Es decir: acción verificada, medible y visible.
El Rol de la Gobernadora Como Figura de Terreno
No es la primera vez que Barahona presencia este estilo de gestión.
Históricamente se reconoció al exgobernador Peña Rubio por su rapidez para acudir a los lugares afectados. Sin embargo, hoy, en medio de la tormenta Melissa, Oneida Féliz ha demostrado una agilidad y determinación que no solo se equipara, sino que marca una pauta de liderazgo contemporáneo.
Oneida llegó antes que el comentario.
Antes que la crítica.
Antes que la foto en redes sociales.
Llegó mojada, pero presente.
Cuando la Crítica se Hace desde la Sombra
Como es habitual en tiempos de crisis, no faltaron voces que, desde la distancia y la comodidad, intentaron minimizar la labor de la gobernadora.
Críticas sin botas, sin lodo y sin recorrido.
Pero hay realidades que no pueden esconderse:
Los operativos se vieron.
Las entregas se recibieron.
Las comunidades lo testifican.
Negar estas acciones sería lo equivalente a “tirarle piedras a la luna”:
un esfuerzo inútil que solo deja en ridículo a quien lo intenta.
La Historia se Escribe con Acción
No son las palabras las que definen una gestión.
Es la capacidad de actuar cuando duele, cuando llueve y cuando la gente espera.
En este episodio reciente, la gobernadora Oneida Féliz actuó:
Con coordinación.
Con presencia.
Con responsabilidad pública.
Y eso, en tiempos de tormenta, vale más que cualquier discurso.
Cierre Editorial
La gestión pública no se mide por lo que se dice, sino por lo que se hace.
Y Barahona ha visto lo que se ha hecho.
Negarlo sería desconocer la evidencia y faltar a la verdad.
Este medio reconoce cuando la acción supera a la retórica.
Y en esta ocasión, la gobernadora ha estado a la altura del momento.
La historia la escriben los que llegan cuando llueve. Y esta vez, Oneida llegó trabajando.




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