“Seguridad de lujo”: Hombre mata a una mujer e hiere a cinco en torre residencial de Naco

 


Por Emmanuel ESCALANTE:
 SANTO DOMINGO.– En el corazón del Distrito Nacional, donde el confort inmobiliario promete seguridad y tranquilidad, un residente del condominio Naco Dorado IV demostró que ni los portones eléctricos, ni los vigilantes uniformados,
ni el ascensor privado impiden una tragedia.

Jean Andrés Pumarol Fernández, de 30 años, armado con dos cuchillos, convirtió su torre residencial en un escenario de horror: mató a una mujer de 70 años y dejó heridas a otras cinco personas. Todo, según el informe preliminar, mientras subía piso por piso tocando puertas y atacando a quienes se atrevieran a abrir.

La víctima mortal fue identificada como Yolanda Handal Abugabil, de 70 años, vecina del agresor. Entre los heridos figuran su propio padre, Guillermo Pumarol, de 62 años, y otros residentes: Francisco Texano, de 68; Teresa Fabián Heredia, de 62; Griselda Ozuna, de 48; y Victoria Heredia, de 36.

Todos fueron trasladados a centros de salud, algunos en condiciones delicadas, mientras el agresor fue detenido en el lugar y trasladado al Palacio de la Policía Nacional. Allí permanece recluido, sin que hasta el momento se haya confirmado si padecía algún trastorno mental… aunque las conjeturas no se han hecho esperar.


Una tragedia “con ascensor y portero”

Los hechos ocurrieron la tarde del miércoles en un entorno que suele asociarse a “tranquilidad asegurada”. Sin embargo, la violencia irrumpió por dentro: el agresor vivía en el mismo condominio, subió por los pasillos comunes y fue abriendo puertas, literalmente.

“Esto es un caso complejo”, dijo el vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, al ser cuestionado por periodistas. Explicó que el proceso investigativo está en curso para determinar las causas que llevaron a Pumarol Fernández a perpetrar el ataque. Mientras tanto, el miedo permanece en los pasillos donde se pagó por “vivir sin sorpresas”.


Visitas de alto nivel, pero sin explicación

En la escena se presentaron de forma sorpresiva la primera dama, Raquel Arbaje, y la alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, sin que se ofrecieran detalles sobre las razones de su visita. Tal vez solidaridad, tal vez consternación… o quizá para confirmar que la violencia, incluso con jardineras de mármol y garita blindada, no discrimina por estrato social.

Lo que sí es claro es que el incidente ha causado un profundo impacto en una comunidad que no esperaba protagonizar los titulares del día. Una comunidad que, como muchas en la capital, comienza a preguntarse si la “seguridad premium” de los residenciales de lujo no es más que una ilusión con mantenimiento incluido.

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